Además de la pareja, la economía o la felicidad, el lugar donde vivimos es un factor crucial en nuestras vidas, porque afecta a todos los demás
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Durante siglos, la inteligencia se estudió como una facultad individual. Sin duda lo es, pero diversas ciencias —la Psicología,
la Neurología, la Antropología— han mostrado que esa inteligencia
individual se desarrolla siempre en un entorno social, que la bloquea o
la estimula. Incluso desde la genética se habla de la interacción
gen-cultura para explicar nuestra evolución.
La 'teoría del nicho'
viene a decir que cambios en el 'entorno' acaban produciendo cambios en
quienes viven en él. La conclusión resulta evidente: a todos nos
interesa vivir en entornos inteligentes, porque eso podrá ayudar a nuestra inteligencia.
Es explicable que se haya despertado un gran interés por el tema de la
'inteligencia colectiva'. Se habla mucho, por ejemplo, de la
'inteligencia de las organizaciones' y también de la 'inteligencia de las sociedades'. En ambos casos, se trata de propiedades emergentes que van más allá de la mera suma de las competencias individuales.
¿En qué ciudad española debería vivir? Nuestro algoritmo le ayuda a encontrarla
Familia y ciudad
Un
equipo de premios Nobel podría ser un fracaso como equipo. No es
aventurado decir que hay 'sociedades inteligentes' y 'sociedades
estúpidas'. Jared Diamond estudió algunas de estas en su obra 'Colapso'. En este contexto, me interesó estudiar dos entornos especialmente influyentes. El primero, la familia. Nos conviene tener 'familias inteligentes', y por eso fundé la Universidad de Padres. El segundo, la ciudad, y por eso puse en marcha, sin éxito alguno, la iniciativa Ciudades con Talento. Utilizo la palabra 'talento' para designar el buen uso de la inteligencia.
Aunque parezca paradójico, ser muy inteligente no significa actuar inteligentemente. Un gran psicólogo, Robert Sternberg, ha publicado un libro titulado 'Por qué las personas inteligentes pueden ser tan estúpidas'. Y un brillante colega suyo, David Perkins,
ha llegado a la conclusión de que la mayor parte de la gente utiliza su
cociente intelectual para justificar sus decisiones, en vez de para
tomar buenas decisiones. Defino 'talento' de la siguiente manera: es la
capacidad de elegir bien las metas, y de movilizar los recursos
—materiales, intelectuales, emocionales, morales— necesarios para
alcanzarlas. Un niño con altas capacidades puede convertirlas o no en talento, dependiendo de la educación.
Una ciudad, a pesar de no tener competencias educativas, puede movilizar a la ciudadanía para reducir el fracaso escolar
El tema del 'talento de las ciudades' me parece fundamental, en un momento en que la importancia de las ciudades va en aumento. Richard Florida,
en su obra 'Ciudades creativas', hace una afirmación que puede
parecernos exagerada, pero que posiblemente acabará por ser verdadera:
“Enfrentados a la pregunta de cuáles son las decisiones más importantes
de la vida, lo más probable es que comenzáramos con el factor 'qué',
decidir qué queremos ser. Otros dirán que la más trascendental es la de
escoger la pareja adecuada.
Pero hay otra decisión que tiene un efecto igual, si no mayor, sobre el
futuro económico, la felicidad y la vida en general, y es la cuestión
del 'dónde'. La cuestión del lugar donde vivimos es el factor crucial de nuestras vidas, porque afecta a todos los demás”.
Tú sí que vales
El interés por las ciudades
se ha manifestado en muchas iniciativas que recogimos en la página que
he mencionado antes: ciudades educadoras, ciudades sanas, ciudades
emprendedoras, 'smart cities' energéticas, ciudades seguras. Todas
tienen una finalidad espléndida, pero creo que necesitamos un modelo
integrador, que nos sirva para poder articular y evaluar las políticas
municipales. Necesitamos ciudades con talento, y un test para medirlas.
Me gustaría que me ayudaran a completar este test. Mi único interés es proporcionárselo a los políticos
y a los ciudadanos para que puedan valorar la situación. Obviamente,
hay muchos índices que intentan medir el éxito de las naciones y también
de las ciudades, pero me parecen fragmentarios e incompletos. Miden desde el PIB hasta los índices de felicidad, de transparencia, de corrupción.
Un niño con altas capacidades puede elegir bien sus metas y movilizar los recursos necesarios, dependiendo de la educación
Es
especialmente interesante el elaborado por el Plan para el Desarrollo
de Naciones Unidad. La OCDE ha publicado el informe 'Beyond GDP:
Measuring What Counts for Economic and Social Performance' ('Más allá
del PIB: medir lo que importa para el desempeño económico y social').
Escocia ha promovido la Alianza de la Economía del Bienestar (Wellbeing
Economy Alliance). La Comisión sobre la Medición del Desarrollo
Económico, convocada por Sarkozy, ha publicado un informe dirigido por Stiglitz, Sen y Fitoussi.
Me interesan las ciudades porque creo que muchos de los problemas que tenemos pueden resolverse mejor tomando como agente promotor el municipio. En el tema educativo,
me parece evidente. Una ciudad, a pesar de no tener competencias
educativas, puede movilizar a la ciudadanía para reducir el fracaso
escolar, la violencia en las aulas, el consumo infantil de alcohol. No
olviden que “para educar a un niño hace falta la tribu entera”. Una
ciudad con talento es aquella que consigue satisfacer tres grandes
aspiraciones de los vecinos: servicios públicos de calidad y
sostenibles, un alto capital social que mejore la convivencia, y la
opción de que los ciudadanos amplíen sus posibilidades de progreso económico, profesional, educativo, personal.
Evaluación y 'efecto Medici'
Los servicios públicos
son amplios: movilidad, ambiente, acceso a la vivienda, urbanismo,
servicios sanitarios, educativos, de ocio, etc. Cada uno de ellos tiene
unos índices de evaluación, y es el apartado más fácilmente
comprensible, pero no el único. Por eso me interesa más analizar los
otros dos dominios del test. En primer lugar, la mejora de la convivencia mediante el aumento del 'capital social'. La noción de 'capital social'
o 'capital comunitario' me parece fundamental, porque influye
decisivamente en la calidad de vida y en la calidad de las
instituciones. Así lo indican multitud de informes, entre ellos el
publicado por la OCDE 'The Well-being of Nations: The role of human and social capital'.
Por su importancia, dedicaré al tema el artículo de la semana que viene. Se entiende por 'capital social' todos aquellos recursos que mejoran la sociabilidad, la cooperación y la convivencia. Robert Putnam,
en 'Making Democracy Work: Civic Traditions in Modern Italy', al
estudiar por qué las mismas instituciones funcionan mejor en un país que
en otro, llegó a la conclusión que se debía a su mayor o menor capital
social. Este incluye la confianza mutua y en las
instituciones, el modo de resolver conflictos (por ejemplo, el número de
pleitos), el nivel de violencia, las desigualdades, la participación en
actividades de interés social o político, los valores morales
compartidos, etc.
Me gustaría
que me ayudaran a completar este test. Quiero proporcionárselo a los
políticos y a los ciudadanos para que puedan valorar la situación
El tercer dominio se refiere al aumento de posibilidades.
Mide la creatividad de la ciudad, el nivel de emprendimiento, el acceso
al trabajo, las facilidades para iniciar una empresa, el sistema
educativo, la ayuda a la juventud, etc. De una manera popular, se habla del 'efecto Medici', que puede atraer talentos y recursos a una ciudad.
Estamos
en vísperas de elecciones, y antes de vernos empantanados en
politiquerías, sería interesante hacer un esfuerzo por el debate. Por
eso, retomo el trabajo de elaborar el test de talento de las ciudades,
para lo que me sería de gran utilidad que me enviasen sugerencias.
Mediante este test, podríamos evaluar nuestras ciudades y, por lo tanto,
sus políticas municipales. Y, de paso, examinar los programas de los candidatos,
para ver cómo responden a cada una de las cuestiones planteadas. Es
decir, cómo piensan mejorar los servicios públicos, aumentar el capital
social de la ciudad y fomentar las posibilidades económicas, laborales, educativas y personales de todos los vecinos.
JOSÉ ANTONIO MARINA Vía EL CONFIDENCIAL
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