Creen haber encontrado la cuadratura del círculo en ese «relator» que toma acta notarial de lo que negocien
José María Carrascal
Tener
enfrente a la oposición es normal, higiénico incluso, pues obliga a no
dormirse en el poder. Tener críticos dentro del partido, aunque más
incómodo, tampoco es mortal, pues los fallos se ven y corrigen mejor
desde dentro. Lo grave es estar contra uno mismo. Es lo que le viene
haciendo Pedro Sánchez desde que se instaló en La Moncloa. La primera
contradicción ocurrió de inmediato: había prometido convocar elecciones
rápido. Pero anunció que acabaría la legislatura. De ahí en adelante,
todo han sido rectificaciones, hasta el punto de obligar a su
vicepresidenta a explicarlo con la calamitosa excusa de que hay un Pedro
Sánchez de antes de ser presidente y otro de después. Pero ni siquiera
como presidente mantiene una línea recta. Ha tenido que surgir Guaidó en
Venezuela para que abandonase el apaciguamiento con Maduro y se pusiera
al frente de la demostración contra él, lo que le ha valido la
reprobación de la izquierda con palabras muy fuertes. Elegir un «famoso»
como candidato a la alcaldía del ayuntamiento madrileño chocó no ya con
miembros de su partido, sino con su propia declaración de «quien haya
creado una sociedad instrumental para pagar menos impuestos no tendrá
puesto en mí equipo», y resulta que el «famoso» la había creado. Sus
promesas de prosperidad se han convertido en mayor paro y menor
afiliación a la Seguridad Social. La guinda la ponen los nacionalistas
catalanes, advirtiéndole que, como sus líderes sigan en la cárcel y sean
condenados, no apoyarán sus presupuestos. Lo que significaría, según
una de sus ministras y él mismo ha dado a entender, la convocatoria de
elecciones generales, aparte de ser lo más lógico, pues con 84 diputados
no se puede gobernar. Claro que también él no ha descartado hacerlo con
el presupuesto de Rajoy y las partidas más importantes del suyo
aprobadas por decreto-ley. Iba a ser un auténtico lío, pero en otros
peores se ha visto envuelto.
Estamos ante un doble chantaje: los secesionistas chantajean con no apoyar su presupuesto y Sánchez les chantajea con el gobierno de derechas que puede salir de unas nuevas elecciones, mucho menos dispuesto a hacerles favores. Pero para eso tendría que perder la presidencia y su decisión es mantenerse en ella cueste lo que cueste. Son rivales y cómplices al mismo tiempo. Se necesitan tanto como se excluyen y buscan desesperadamente una fórmula para reconciliar sus diferencias sin traicionar a sus seguidores. Algo así como la cuadratura del círculo. Creen haberla encontrado en ese «relator» que toma acta notarial de lo que negocien, pero el único relato de esta tragedia es el de las mentiras, trampas y delitos que se han cometido tanto en un bando como en otro. Algo que sólo pueden resolver los tribunales.
JOSÉ MARÍA CARRASCAL Vía ABC
Estamos ante un doble chantaje: los secesionistas chantajean con no apoyar su presupuesto y Sánchez les chantajea con el gobierno de derechas que puede salir de unas nuevas elecciones, mucho menos dispuesto a hacerles favores. Pero para eso tendría que perder la presidencia y su decisión es mantenerse en ella cueste lo que cueste. Son rivales y cómplices al mismo tiempo. Se necesitan tanto como se excluyen y buscan desesperadamente una fórmula para reconciliar sus diferencias sin traicionar a sus seguidores. Algo así como la cuadratura del círculo. Creen haberla encontrado en ese «relator» que toma acta notarial de lo que negocien, pero el único relato de esta tragedia es el de las mentiras, trampas y delitos que se han cometido tanto en un bando como en otro. Algo que sólo pueden resolver los tribunales.
JOSÉ MARÍA CARRASCAL Vía ABC
No hay comentarios:
Publicar un comentario