'Catalexit': pérdida del 34% del PIB, deuda de 291.000 millones, control de capitales y recorte del 21,5% de las pensiones
Una enorme estelada es sostenida por los manifestantes de la Diada en Barcelona. (Reuters)
El Cercle Català de Negocis (CCN), un grupo separatista de empresarios enemigos declarados de España, está repartiendo estos días un panfleto sobre las supuestas consecuencias económicas de la independencia que
constituye el mayor conjunto de falsedades y cálculos delirantes
imaginable. “El déficit fiscal con el conjunto de España destruye
250.000 empleos, la electricidad sería un 60% más barata, se crearían
70.000 puestos de funcionarios...”. Nada más lejos de la verdad. Cataluña perdería un tercio del PIB, nacería con una deuda pública insostenible, su moneda se depreciaría en torno al 30%,
la fuga de capitales obligaría a implantar un 'corralito' y los 1,68
millones de jubilados perderían un 21,5% de sus pensiones. Y estos son
hechos y cifras indiscutibles, son matemáticas.
Pero
antes de entrar en el detalle, debemos resaltar dos hechos que sirvan de
guía a los desinformados catalanes sobre las consecuencias de la locura
suicida de la secesión. El primero son los cálculos realizados hace ya algunos años por el mejor estadístico español y uno de los grandes de Europa, Julio Alcaide, sobre las consecuencias económicas de la independencia: estos demostraban que Cataluña perdería más del 25% del PIB y su nivel de renta personal sería similar al de Portugal. Pero entonces la deuda era la cuarta parte de la actual.
Un 'Catalexit' puede ser incluso peor que el Brexit
El segundo es el reciente análisis del impacto económico de la secesión realizado por el banco europeo ING: “El resultado será incertidumbre,
hundimiento del poder de compra de las familias, reducción de la
inversión directa y de la demanda exterior”. “La salida del euro llevará
a una situación crítica al sector privado”. “Las encuestas muestran que el 62% de los catalanes está preocupado por el futuro
si se independizan. De ahí solo hay un paso para que moderen su
consumo, y si esa preocupación se convierte el pánico, como en Grecia,
será necesario intervenir los bancos e instaurar un control de
capitales”.
Salida de la UE
Es el primer engaño
al pueblo catalán de los sediciosos totalitarios: brutal, absoluto,
masivo. No se van porque no les da la gana, “no pueden echar a 7,5
millones de personas”, pero ellos sí pueden privar de la nacionalidad
española a cuatro millones de catalanes. La salida de la UE está
prevista y tasada en los tratados, y es automática —aunque a Juncker, a quien el presidente de Hungría, Viktor Orbán, acusa de dirigir una amplia red en Bruselas al servicio de un conocido especulador dedicado
a desmembrar países, y que ha puesto su enorme imperio mediático y su
dinero al servicio de los sediciosos, se le 'olvide'—, luego tendría que
pedir el reingreso para lo que se necesitaría la unanimidad.
Ni
España, ni Italia, ni Bélgica, ni Alemania, ni Hungría, ni varios más
lo aceptarían. No cabe perder el tiempo desmintiendo lo obvio. Quien
desee profundizar, que lea el libro de Josep Borrell, que fue presidente del Parlamento Europeo: 'Las cuentas y cuentos de la independencia'. Se irán sí o sí, y no volverán.
Balanza comercial
Las exportaciones de Cataluña en 2016 ascendieron a 65.160 millones de euros, las mayores de España, pero mucho mayores aún son las importaciones: 78.344 millones.
Cataluña es la principal responsable del déficit comercial de España:
el 6,2% de su PIB, tres veces más que el déficit del resto de regiones,
que es del 2,1%. ¿Y qué va a pasar cuando Cataluña sea expulsada de la
UE? Las pérdidas del Brexit se estiman en el 3% del PIB, pero aquí será mucho peor.
Cataluña
perdería unos 6.000 millones en alimentación y farmacia, y en el resto
de sectores una cifra similar a la de Reino Unido con el Brexit
Así, las multinacionales de alimentación y farmacia abandonarían
la región al perder la oportunidad de abastecer al resto de España
(entre el 50 y el 80% de sus ventas) y estar sometidas a arancel sus
exportaciones a la UE. Jaime Malet,
presidente de la Cámara de Comercio de EEUU en España, afirma: “Lo
único que tiene sentido es un mercado de 46 millones que es España, y no
uno de 7,5 millones que es Cataluña”. Cataluña perdería unos 6.000 millones
solo de estas dos industrias, y en el resto una cifra similar a la de
Reino Unido con el Brexit. En total, una pérdida de 10.000 millones o el
4,7% del PIB, y unos 180.000 empleos.
Balanza comercial con el resto de España
No
existe ninguna región en el mundo que tenga un excedente tan enorme con
el resto del país como Cataluña. De los 20 principales mercados de
Cataluña, 11 son regiones españolas. Venden a Aragón más de lo que exportan a Francia o Alemania, y a Andalucía, más que a Italia.
En 2016, las 'exportaciones' catalanas al resto de España ascendieron a
61.000 millones de euros, y las 'importaciones', a 43.000 millones, lo
que representa un superávit enorme de 18.000 millones, y
eso sin incluir los servicios, donde la balanza es más desfavorable aún
por los servicios financieros (Sabadell, CaixaBank). ¿Y qué va a pasar
con estas 'exportaciones'?
Las
ventas de las empresas catalanas a España caerían en unos 54.000
millones. Los servicios financieros pasarían a cero. En total, el 30%
del PIB
Lo mismo que en los procesos de secesión
europeos, que van desde lo ocurrido en separaciones amistosas —el caso
de República Checa y Eslovaquia (separación de terciopelo)— y las no
realizadas, pero sí muy estudiadas, entre Escocia y Reino Unido, y Quebec y Canadá, a separaciones no amistosas, como en el caso de los Balcanes y Rusia.
Las relaciones comerciales entre las partes separadas se desploman,
desde un 70% en las amistosas a más de un 90% en las no amistosas. Esto
significaría que las ventas de las empresas catalanas a España caerían
en unos 54.000 millones. Los servicios financieros pasarían a cero. En
conjunto, cerca del 30% del PIB.
Deuda pública y privada
Empezando
por la pública, la afirmación de los prepotentes totalitarios del CCN
resulta delirante: “Nuestra deuda se la come España con patatas”. En
todas las separaciones europeas ha regido el principio de sucesión de deudas.
Según el derecho internacional, los acreedores tienen como garantía
jurídica los activos y el territorio, por lo que es imposible rechazar
la responsabilidad en la deuda del Estado.
Pero es que además quienes exigirían el pago de esta deuda son los
acreedores (BCE, bancos, inversores), no solo el Estado español.
La deuda pública total de España (no solo la PDF) es de 1,54 billones de euros.
Y se ha repartido en todos los procesos de separación o en función del
PIB (República Checa y Eslovaquia; Balcanes y Rusia), o en función del
PIB per cápita (lo previsto con Escocia y Quebec). Para Cataluña, serían 291.000 millones de euros por el PIB o 347.000 millones por el PIB per cápita. Es decir, ¡el 135% o el 161% de su PIB! El banco francés de negocios Natixis acaba de estimar esta deuda en 235.000 millones, pero considera solo la deuda PDF.
Da
exactamente igual lo que los sediciosos totalitarios —que ejercen
presión y amenazas sobre los catalanes no separatistas, a los que Rajoy
ha abandonado totalmente a su suerte— puedan decir, es lo que va a
suceder sí o sí, ya que si el nuevo Gobierno se negara a asumir su pago,
serían excluidos de todos los mercados financieros primero y serían
embargados todos los bienes que fuera posible. Este es el gran engaño
que los sediciosos totalitarios están perpetrando al pueblo catalán, ya
que esto lleva directamente a Cataluña a la suspensión de pagos.
En
cuanto a las deudas privadas, las empresas catalanas deben 321.000
millones de euros y las familias, 102.000 millones. Pero peor aún,
porque Cataluña saldría del euro y tendría que emitir una moneda propia, que se devaluaría de inmediato respecto al euro. Durante la crisis griega
y su eventual salida del euro, se hicieron numerosos estudios sobre el
comportamiento del dracma en caso de salida, fundamentalmente por los
grandes bancos suizos, y la conclusión fue clara: el dracma se
devaluaría en un 50% frente al euro en dos años; una depreciación del
30% para la nueva moneda sería un mínimo, lo que llevaría la deuda
pública al 175% (reparto por PIB)/209% (reparto por PIB per cápita) del
PIB catalán.
Fuga de capitales: el corralito
En
los procesos de secesión, “cuando la viabilidad de un nuevo país se
cuestiona, los flujos financieros y de capital son el mayor elemento de
incertidumbre”. En Escocia, a pesar de ser una región con unos enormes
recursos petroleros y con una renta per cápita superior a la de
Cataluña, y con expectativas de entrar en el euro, se estimó una fuga de capitales entre 20.000 y 100.000 millones de libras (Credit Suisse, HSBC, Citigroup, UBS).
En
Cataluña —cuyo PIB es el doble y que además saldría del euro—,
estaríamos hablando como mínimo de entre 44.000 y 220.000 millones de
euros. El control de capitales sería inevitable. O sea: el corralito.
Balanzas fiscales
Frente al famoso 'España nos roba', hay 278 altos cargos catalanes que se han puesto un sueldo que dobla al de Rajoy,
y llevan 300 años robando al resto de España con aranceles protectores
para su industria y comercio. Los impuestos los pagan las personas y las
empresas, no los estados, y en cualquier sistema fiscal pagan más los
que más ganan.
Más de 200 altos cargos del Gobierno de Puigdemont cobran más que Rajoy
Los economistas separatistas han 'calculado' un déficit fiscal del 9,8% de su PIB, saltándose todos los gastos del Estado en Cataluña que les ha dado la gana. Hecho correctamente, el déficit es del 2,5%.
ING lo resume así en su reciente análisis: “A pesar de que Cataluña es
un contribuyente neto, la secesión no mejorará en nada la situación de
los contribuyentes”.
Sistema de pensiones
Este es otro de los engaños, el más canallesco si cabe, de los separatistas totalitarios a los 1,68 millones de jubilados catalanes. “Si pagamos entre el 60% y el 70% de las pensiones españolas,
¿cómo no vamos a poder pagar las nuestras?”, dicen los sediciosos
totalitarios de la CCN. Un disparate oceánico. Su déficit fiscal no
llega a 5.000 millones, y el 60% de las pensiones contributivas son
80.000 millones. Así calculan todo. Cataluña gastó 23.159 millones en
pensiones en 2016, e ingresó por cotizaciones 18.159 millones, un
déficit de 4.934 millones, el 21,5%.
Cataluña es la región donde más gasta la Seguridad Social en pensiones:
representa el 15,9% de la población española, pero en ella se cobra el
17,9% de las pensiones contributivas. La pensión media de la región es
un 3,7% superior al promedio nacional. Andalucía, con un millón de
habitantes más, tiene 180.000 pensionistas menos. En el conjunto de
España, el déficit de las pensiones se cubre con deuda gracias a la
barra libre del BCE; en una Cataluña independiente, eso sería imposible.
Sepan pues los pensionistas catalanes la ruina que les espera con la
independencia: perderían el 21,5% de sus pensiones.
Efecto económico total
El efecto económico total es similar al calculado en su día por Julio Alcaide, solo que agravado por una deuda muy superior y la salida de la UE y el euro.
El PIB caería un 34%, por la caída del comercio exterior e interior. La
nueva moneda perdería un 30% de su valor, lo que llevaría la deuda
pública al 175-209% del PIB, y a las familias y empresas endeudadas en
euros, a la ruina. La fuga de capitales sería tan
enorme que obligaría a implantar controles, es decir, el corralito.
Finalmente, los pensionistas perderían un 21,5% de sus pensiones, igual
que los sueldos de los empleados públicos, que obviamente no podrían
mantenerse.
El falseamiento masivo del impacto
económico, la traición sin límites a España de la izquierda (Podemos y
compañía) y la inaudita cobardía de Rajoy, que lleva años dejando a los
catalanes no secesionistas a merced de los sediciosos totalitarios sin
mover un dedo, son sus grandes bazas. Es el resultado de 25 años de cesiones al nacionalismo por parte del nefasto régimen del 78, hoy ya explosivo por la 'noluntad'
(voluntad de no hacer) de Rajoy y de todo el aparato del Estado a sus
órdenes. ¿Es que no hay nadie en este país capaz de obligar a Rajoy a
hacer cumplir la Constitución y la ley, en vez de amenazar y no hacer
nada, llevándonos al desastre?. Bastaría un solo minuto de poder en España para acabar con la sedición.
ROBERTO CENTENO y JUAN CARLOS BERMEJO Vía EL CONFIDENCIAL
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